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RUMI


Ven, recitémonos poemas uno a otro,

por medio del Alma,

diciendo cosas secretas para los ojos y los oídos.

Sonriamos como un jardín de rosas,

sin labios ni dientes.

Conversemos con pensamientos,

sin lenguas ni labios.

Nombremos todos los secretos

del mundo, hasta el final,

sin abrir nuestra boca,

como intelecto divino.

Algunos sólo pueden comprender

escuchando y mirando a las bocas.

Mantengámonos fuera de su tienda.

Nadie habla en voz alta a sí mismo.

Ya que nosotros somos uno,

hablemos así.

Cómo puedes decir a tu mano „toca“?

Ya que todas las manos son una, hablemos así.

Las manos y los pies saben lo que quiere el Alma.

Cerremos nuestra boca y hablemos con el Alma.

El Alma conoce el destino, paso a paso.

Si quieres, te daré ejemplos.

RUMI

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