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Und wie, freundlicher Geist! von Heitersinnender Stirne
Segnend und sicher dein Strahl unter die Sterblichen fällt,
So bezeugest du mir´s, und sagst mir`s, daß ich es andern
Wiedersage, denn auch andere glauben es nicht,
Daß unsterblicher doch, denn Sorg und Zürnen, die Freude
Und ein goldener Tag täglich am Ende noch ist.

Y cuando, amable espíritu, de tu serena frente pensativa
caen seguros entre los mortales tus rayos bienhechores
así me afirmás y me dices lo que a otros puedo repetir,
incluso a aquéllos que no quieren creerlo,
que la alegría dura más que el dolor o la ira
y que un áureo día es, finalmente, aún, un día cotidiano.

Friedrich Hölderlin



Firenze, Marzo 2009.

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