Para que los hombres Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores para que las cosas sean ellas mismas: sensibles o profundas de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo por penetrar en el mundo, con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños, o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento, para que podamos mirar y tocar sin pudor las flores, sí, todas las flores, y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada, para que las cosas no sean mercancías, y se abra como una flor toda la nobleza del hombre: iremos todos hasta nuetro extremo límite, nos perderemos en la hora del don con la sonrisa anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra. Sí, el nocturno en pleno día Sí, el „nocturno en pleno día“. Qué reposante la sombra, el baño del asombra. Algunos brillos, algunas florescencias.Y, ah, reencotrar el centro de relación. Delicias de la flores submarinas, frágiles delicias. La noche íntima está llena del mundo. E
Comentarios
marina
un abrazo inmenso...
paso blando
huella indeleble
soy Pablo, amigo de Gisela
Cuando estés por acá maileame y nos checamos para compartir unos cafés
salud
seguro...
nos vemos...
el cafe pde ser tb mate...
saludos...